Siempre admiré esta obra. Se titula "El grito" y la pinto un artista noruego, Edvard Munch. Es una de las obras más famosas del arte mundial y la más representativa de su autor. Esa expresión de furia, de locura del personaje, y los colores intensos del fondo, provocaron en mí desde la primera vez que la ví, fascinación y devoción. Hoy siento una sensación nueva para con ella. Hoy el personaje, perdido en ese mundo intenso gritando de desesperación, me representa.
Yo estaba atrapado en un posición, en un lugar, en una ubicación, de la cual había formado parte desde mis inicios, y de la cual me era imposible salir. Pero era imposible porque no concebía, y no se me permitía concebir como loable, ninguna alternativa. Estaba encerrado en un dogmatismo inducido, pueril, patético, el cual repetía sin siquiera razonar, y demonizaba todo aquello que se me mostraba como enemigo. Y así combatí, durante los primeros 19 años de mi vida, contra todos los enemigos que mi "mentor" me incitaba a enfrentar.
Ese dogma aniquiló todo intento de desarrollo intelectual, todo indicio de crecimiento, y diseñó mi personalidad y mi carácter en base a sus gustos personales, por medio de la mentira y el engaño. Se me hacía creer que era yo el que tomaba las decisiones, cuando en realidad, se me daba a elegir entre las opciones que se adecuaban a su interés. Se me hacía creer que ser inteligente era ser memorista, que más importante que ser, era parecer, y así, fui forjado, y así pasaron esos años, importantísimos para el crecimiento, no físico, sino emocional e intelectual de cualquier persona. Y yo enceguecido. Y claro, si así se me enseñaron las cosas desde pequeño, y se me repitieron constantemente, una y otra vez durante la pubertad y la adolescencia, imaginense, era complicado que yo lo cuestionase. No es que me esté justificando, yo tengo culpa también, fue mi debilidad y mi influenciabilidad la que lo permitió. Pero creanmé, es muy difícil cuestionar algo sin la capacidad para hacerlo, porque de haber existido hubiese sido aplastada, y cuando el argumento manipulado, es el "amor"... Es eso lo que más tristeza me da. Porque donde hay amor no hay mentiras, donde hay amor se deja ser, y se es feliz por la felicidad del otro. Pero las mentiras y la manipulación eran funcionales a un interés personal. Y allí, no hay amor. Donde yo era sólo un instrumento, no podía haber amor. Lo extraño es que cuando yo veía esa cosas con otros protagonistas lo entendía tal como lo entiendo ahora, pero lo que pasaba adentro, lo entendía totalmente diferente. Es triste...
Pero bueno, hoy las circunstancias han cambiado, y determinadas situaciones me han ayudado, luego de una etapa de transición, a ver las cosas de diferente manera. Hace casi 1 año ya, desde ese grito que significó la ruptura, el quiebre en mi propio devenir. Hoy estoy creciendo, por suerte. Y ha habido personas importantísimas en ese acontecer, y una más que el resto, pero bueno, esa es otra historia...
Para mas info acerca de Munch, o El Grito:
http://www.imageandart.com/tutoriales/biografias/munch/munch.html o
http://es.wikipedia.org/
Hace 5 años
1 comentario:
Ahora si se puede dejar comentarios!!!
Uno es culpable de no hacer nada cuando advierte que no lo está haciendo. Sartre llamaba a eso "mala fe", busco excusas para no hacer lo que tengo que hacer. Pero hasta el momento en que no se advierte no se puede cambiar.
Todos tenemos algo adentro que ya advertimos, que cambiamos y algo que advertimos y nos da miedo cambiar.
Pero asumir eso sin culpa es el primer paso para entender que la vida no solo se debe entender, primero se debe experimentar (me estoy convirtiendo en un empírico)
Un abrazo.
Javier.
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